La prosperidad del Primer Mundo

Lo cierto es que muchas miles de personas, la mayoría sin recursos económicos, no pudieron ser evacuados por la imprevisión de las autoridades norteamericanas. Dos días antes de la llegada del huracán cancelaron todos los vuelos eliminando este medio de transporte como posible vía de escape. Sabiendo que dejaban a muchos miles de personas abandonados en Nueva Orleans no tuvieron la decencia de enviar a la Guardia Nacional a que pusiera orden desde el primer momento y sobre todo a que gestionara el reparto de víveres, de los pocos que les llegaban a los abandonados supervivientes, o de los que conseguían sacar de los supermercados. Esa prosperidad económica de la que habla Libertad Digital tal vez sea la responsable de la muerte de muchas personas, por falta de comida, agua y medicinas. Esa prosperidad económica que unos pocos en los Estados Unidos tienen, y que sus autoridades no han querido compartir mínimamente para enviar los recursos necesarios para socorrer a los miles de seres humanos que lo necesitaba. La fatídica historia del Titanic ha vuelto a repetirse a una escala mucho mayor. Al igual que en el famoso barco no hubo lanchas de salvamento para los pasajeros más pobres, en Nueva Orleans no se han puesto medios para ocuparse de los ciudadanos con menos recursos económicos. Hoy domingo, por fin, han decidido ser algo más humildes y han tomado la decisión de solicitar una ayuda a la Unión Europea que ésta había ofrecido desde el primer momento. Lo cierto es que Estados Unidos demuestra ser la primera potencia mundial, tanto militarmente como económicamente, pero desde un punto de vista social no son más que un pais tercermundista.